martes, 28 de agosto de 2012

Relato 14° Necesito tres tías.


Necesito tres tías. Tres.
Para no pensarte tanto.

Una que me chupe los huevos, que los llene de babas hasta que chorreen.

Otra que me meta la lengua hasta la garganta. Que no me deje hablar y me obligue a concentrarme en poder respirar a la vez. Que mueva los labios, la lengua, y la cabeza mientras jadea en mi cara. 
Cerraré los ojos. Que no lleve perfume.

Y la tercera que se deje tocar el coño por debajo de la falda. Y que le guste tocárselo a su amiga, la que me besa.
Porque son amigas, ¿o no?
La verdad que me da igual. Mira, mejor no. 
Voy por la calle, elijo y me las traigo a casa.
El único requisito es que me hayan mirado. ¿Cómo serán?

La primera es bajita, con poco pecho pero con un culo redondo y hermosote que se marca con las mallas, que serán rojas. Me gusta el rojo y en un culo más. Es guapa, va pintada, eso no me hace mucha gracia pero bueno, va. A esta la pondré en los huevos salivando, que tiene boca para eso.
La segunda es rubia, más mayor, pelo corto, buenas tetas, llenita, enseña muslos con una falda de tela estampada. Está muy apetecible, muy rica. Esa es a la que le meteré la mano y le sobaré el coñito hasta que me moje. Va a tener suerte. Se va a correr enseguida. Toco muy bien. Despacio y preciso. No es porque yo lo diga, es que lo compruebo húmedamente hablando. Y me lo dices tú, cariño, que lo sabes bien.
La última es la que me besa. Yo no la beso, ella es la que me besa. Desesperada. Muy caliente. Está tan caliente que no sabe qué hacer y me besa muy rápido. Acelerada. No lo sabe aún, pero la rubia llenita de antes le va a meter mano mientras me besa. 
Ahora caigo, por eso va a estar tan acelerada. Uy, uy, uy, ya van dos mojadas, a ver qué me invento para la que tengo abajo ocupada en mi escroto.

Me tengo que preparar. ¿qué haré?
¿Me desnudo o dejo que lo hagan?
La bajita del culazo va a ser la más espabilada. Es jefa en su curro y está acostumbrada a mandar y a hacerse la lista. 
Me preguntará por la casa, si vivo solo, dirá: -me gusta ese cuadro, es muy ochentero, ¿no?- Pero qué simpática la muy idiota... por eso cuando se me siente al lado como si me conociera de toda la vida, me ponga la mano en el paquete mirando a las otras con cara de: -no sé qué hacéis aquí, si a este me lo follo yo sola- me bajaré la cremallera despacio, me sacaré la vergapiedra que tendré ya y le susurraré: -nena, chúpame los huevos como tú sabes, que seguro que lo haces mejor que ellas- y la imbécil se pondrá a cuatro patas y empezará a succionarme con absoluta dedicación.

¿Nos tomaremos algo antes?
Sí, creo yo, un vino, ¿tengo? Bueno, lo compro. Relajará los nervios.
En el ascensor sin que se den cuenta las otras le tocaré el culo a la rubia, joder, con la rubia, se lo va a pasar de puta madre. Mira qué suerte.
También es que lleva falda y claro, el momento ascensor es suyo. Se quedará muda, tragará saliva y no dirá nada. Pasaré mi mano por la cintura y bajaré hasta cogerle la nalga y despacio meteré la mano entre las dos piernas. Qué tela tan suave la de la faldita. Es de florecitas, de vuelo, una gozada. Para ella también es una gozada, se ve... Vamos que si toco mucho se notará hasta la mancha. Los dedos por debajo tocarán las bragas. Momentazo erótico y mojado donde los haya. Tocar cuando nadie sabe que tocas. Y la que lo sabe no puede decirlo. Pero sí que puede empaparse y además trabarse con las palabras. Por eso normalmente no habla. Muda se quedará la rubita.


La que me va a besar es flaca, no demasiado, Lleva vestido de punto, gris ajustado con medias grises también. Tiene el pelo rizado, es la que más se parece a ti. Sólo es el pelo pero así si abro los ojos un poco cuando me bese veré rizos.
Le gusto, a las otras no pero a esta sí. Me besa en la cocina. Puede que... a ver, uhmm, sí, digamos que ha terminado una relación, la han dejado mejor, le han puesto los cuernos. Sí, eso. Autoestima por los suelos. Y de repente, plan misterioso en su vida. Soy atractivo, no estoy mal. Digamos que ligo normalmente. Bueno, digamos que de tres, a una le gusto. Como en este caso. No está mal la proporción.
Y eso, que voy a la cocina a por el vino y se viene conmigo. Y me habla de sus vacaciones, que ha estado en el pueblo, le hacía falta desconectar...¿¿y a mi qué?? En fin, la dejaré terminar, sonreiré y le diré que está muy buena, pero mucho...y le daré la copa. A ver si bebiendo se calla. De repente me besará así como poseída, se morderá los labios, sonreirá y saldrá hacia el salón más decidida y segura que cuando entró. Bueno, ya que no me ha dado asco para qué probar más. Decidido: esta me besa, que no lo hace mal.

Me gustaría no necesitar que me besaran, pero así me evadiré mejor, sensaciones a tutiplén. Cerebro ocupado y cachondo.

                                      
A ver, que me pierdo. La bajita me comía los huevos, sí, ya. Y me tocará decirle a la rubita que se saque las tetas. Le diré-qué pedazo de tetas tienes- ¿no os parece? y algo como -tú, tócaselas- a la flaca. 
Se calienta muy rápido el tema. Porque la flaca tan moderna ella, las cogerá con las dos manos y me mirará riéndose y muy pícara ella soltará un -¿se las chupo? Pues sí, pava, chúpaselas, que lo estás deseando. No lo digo, claro, me limito a asentir con la cabeza y a pensar en que luego va a chupar más cositas.

-A ver, chicas, una a cada lado- las organizo en el sofá. Ahí es cuando le empiezo a tocar el chocho a la rubita y esta a su vez hace lo mismo con la flaca. Que ya se ha lanzado a comerme la boca. Como si fuera algo mío, la tía. En fin...
No os he dicho que a la rubita le gustan las tías y mucho. Realmente ha subido a mi casa porque la besucona le pone. Y se empezará a notar bastante, justo ahí. Cuando se intente colar en nuestras bocas y se queden al final ellas dos solas con sus respectivas lenguas. La flaca encantada porque su autoestima se está recuperando a pasos agigantados. Sentirse deseada es lo que tiene. Me alegro por ella, mira...

La bajita se está tragando mi polla y veo que se va a subir peligrosamente. No, no, quieta. Tengo que hacer algo. Dominar la historia.
Ya: -¿Os habéis comido un rabo a tres bandas?- Y se lanzan a ello. Pero se superponen, no les sale fluido, así que mejor las pondré a cuatro patas en el sillón de forma que yo me quede de pie de trás con los tres culos enfrente y mi polla en la mano. Acariciándola para lo que viene. Qué banquete.
Les sobo los culos, los coños, todos mojados. Se mueven, separan las piernas. Se morrean entre ellas. Aprovecho la vena lésbica de la rubia, la levanto y le digo: -Siéntate en el suelo, apoya la espalda en el sillón y haz la cabeza hacia atrás, cariño, que quiero ver como te comes un coñito- y así lo hace feliz de la vida. 
La flaca se retuerce cuando empieza a devorarla por abajo. Aprovecho la postura y le sobo las tetazas a la rubia que casi está ahogada pero de gusto. La bajita sigue a cuatro patas muy calentorra y sin que nadie le haga nada. La pobre. Que aprenda y se aguante un poco. Menea el culo buscando que la toquen. Y le doy unos azotes. Y grita. Y le digo -Qué culo, nena, qué rico está- Y vuelve a gritar. Vale, ya, me la follo. A lo bestia, por gritona. Le tengo que tapar la boca. Mejor que la flaca la bese, estando las dos tan cahondas y con la boca tan cerca será es lo más lógico.

Ahora el toque de gracia. Saco mi rabo de su coño y tiro de la cabeza de la rubia que se había extasiado en los flujos de la flaca, y le meto la polla hasta la garganta. Y le digo a la flaca que le devuelva el favor a su amiga , porque ya serán amigas, ¿¿no??, y que se papee el coñito rubio comodiosmanda. A lo que ella súper ida ya, responde levantándose presta y diligentemente. 
Mi polla sigue alternando el coño de la jefa chulita y la boca de la lesbiana rubia. Con una precisión estupenda. Muy bien todo. Las tres en su salsa. Disfrutando como perras. Se ve que les hacía falta. Lo digo por la entrega.

Ya tocará variar. 
Me voy a follar a la flaca que tiene el culito en pompa y la cara enterrada en el coño rubio y carnosito. Ahí voy. Pega un brinco cuando se la meto pero reacciona bien... si soltar un -¡joder!-alto y claro es reaccionar bien. A la bajita que era "la chula" y se ha quedado en "la pasmada" tengo que decirle: -Siéntate en su cara-señalando a la rubia-y no te muevas hasta que te hayas corrido- 
La rubia, que mira que se las prometía felices pero nunca imaginó esta maravilla, se relamió los flujos de la otra y se dispuso a recibir los nuevos. 

Perfecto, todos encantados. 
Ahí tendré que esperar un poco, seguir bombeando hasta que se corran. La flaquilla veo que se toca ella, chica lista, así que se correrá también. 
Y cuando las tenga desmayadas y felices les daré mi leche a las tres, que medio desnudas, coloradas como tomates y más amigas que nunca, recibirán en sus bocas y en sus caritas como final feliz, feliz. La rubia en sus tetas también. Que las tiene cogidas consciente total del éxito que han tenido. Chupetean el semen, se chupetean ellas, se miran, se ríen. A mi ni puto caso, justo como quería.
Quedarán entre ellas, lo veo venir.

Y sale de mi un -Señoritas, me voy a duchar- "que os den" continúa la frase en mi mente.
                                   --------------------------------------------




Y bueno, eso más o menos es lo que necesito para no pensarte tanto. 
Tres tías. Tres. 
Las elegiré en la calle. Sip...

Y lo he conseguido, en este rato no he pensado en ti. Bueno, cuando los rizos sí. También el coño carnoso era tuyo. Joder. Vale. Y alguna cosa más. Ya está. No pienso hablar más. Voy a tocarme. 

Necesito tres tías. Tres.


2 comentarios:

  1. Pero si a veces no podemos con una..., como para intentar con tres :-)

    ResponderEliminar
  2. Jajaja! Bueno, parece ser que para olvidar a una, cuantas más mejor, según el protagonista ;)

    ResponderEliminar