El corazón le iba demasiado deprisa, tenía que concentrarse para no respirar muy alto. A pesar de los jadeos de fondo había silencio. Toda la sangre de su cuerpo la notaba concentrada en el coño. Parecía aliviarse apretándolo muy fuerte lo cual le aflojaba las piernas de tal manera que pensaba que iba a caerse. Eso sumado a que se había tomado un par de copas, ella que no solía beber, pues se traducía en un ligero mareo que se estaba transformando en un celo caliente y animal.
Allí de pie intentando mantener el tipo, controlando ya mejor la respiración y con el coñito bombeando a su antojo pensó, uffff... que en cualquier momento podía caer desplomada y revolcarse por el suelo como un gata cachondísima, sacando el culo y dejando que los machos olieran su empapado agujero...
Eso temía y ansiaba a la vez, que en aquel cuarto oscuro una mano la rozara, o más de una.
Y justo eso fue lo que de repente notó entre las piernas, por detrás, bajo la corta faldita de cuadros, una mano templada que resbalaba suavemente por la vulva chorreante. Volvió a salírsele el corazón por la boca y podía oir el ruido de sus fluidos al pasar los dedos por la entrepierna.
El culo salía hacia fuera solo, buscando por su cuenta, se dejó llevar y entonces sintió un cuerpo delante, el calor del aliento buscando, y otra mano por bajo.
Otra que se estaba mojando como la primera. Porque no podía parar de soltar líquido. De correrse, de no pensar ya en nada y sentirse muy puta...por favor, que se la follaran por todas partes ya, todos sin cara, sólo pollas y dedos y lenguas que la chupetean hasta olvidarse de quien era, cambiándose de sitio a voluntad, probándola, sobándola como gelatina, hasta que no pudieran más y la bañaran en leche y la dejaran exhausta, agotada, rebosada, sin ser capaz de moverse, sólo oliendo a sexo como nunca antes lo había hecho, borracha de todo...
Pensando todo eso, ida y dejada totalmente, notó una lengua en el pezón derecho y más manos que le agarraban la cintura. Se movían y la empujaban, como sujetándose. Entonces puedo ver las siluetas de la chica que le mamaba la teta y un tío follándosela por detrás. El coño se le rebosó y casi le dolió de placer. ¿Dónde estaba él? ¿dónde estaba su polla? Entonces como si le hubiera leído el pensamiento, una figura que miraba desde una esquina, parada, con el rabo en la mano, durísimo, jadeando, la boca entreabierta, la lengua babeante... se acercó y le agarró la mano. Por fin se podía apoyar bien. Era Él.
Se puso detrás de ella apartando al que le tocaba el culito desde que entró. Le mordió el cuello. Ahora sí era una gata en celo. Golpeó con su polla la nalga y ella estuvo a punto de gritar que se la metiera de una vez, joder. Pero no podía hablar. Sólo gemía y gemía. Y se mareaba. Y cerraba los ojos. Y la penetró. Se la metió hasta el fondo agachándola con la mano en la espalda mientras decía "chúpasela" poniéndola delante del tío que le había estado tocando el coño. A la chica de las tetas ya no se la follaban. Ahora ella y su pareja los miraban muy cachondos.
Y Él, ufff, agarraba sus caderas por los pliegues de la falda. Tan pequeña, tan corta, tan de cuadros...
Entonces ella no pudo más, sujetándose como pudo al hombre que tenía delante, se giró hacia Él y le dijo en alto, con rabia, clavándole la mirada: Fóllame, cabrón...que me folles, joder, así...
Y cuando Él empujó fuerte varias veces...ella se tocó con la mano derecha el clítoris hinchado, apenas lo rozó se corrió, a la vez que Él... que la llenó tanto de semen que le chorrearon los muslos... todo se mezcló y ella sintió un inmenso placer húmedo, mojado y compartido...
Ahora sí que no veía nada, Él la sujetó como pudo, la abrazó, todos miraban. Se corría el chico de delante... Y salieron despacio intentando volver poco a poco... con todos los sentidos a punto de caramelo...
Me has dejado sin aliento. En facebook me tienes como torrevientos. Ya tienes un incondicional.
ResponderEliminarMuchas gracias!! He leído tu blog y me gusta mucho, te agrego al blogroll. Nos leemos :)
ResponderEliminar